La Navidad ha llegado y se ha ido, dejando tras de sí un rastro de alegría, regalos y, a menudo, un hogar que necesita una buena dosis de limpieza y organización. Después de las festividades, puede ser abrumador enfrentarse a la tarea de poner orden en todo el caos festivo, pero no hay mejor manera de comenzar el año que con un hogar impecable y organizado. Aquí te ofrecemos algunos consejos para hacer que la limpieza después de la Navidad sea una tarea más llevadera.

Guarda los adornos hasta el próximo año: Si no quieres prolongar la Navidad indefinidamente, es importante deshacerte de la decoración navideña lo antes posible. Limpia el polvo que podría haberse acumulado sobre los adornos y desecha aquellos que estén rotos. Guarda todo en cajas y etiqueta su contenido para facilitar su localización en futuras ocasiones.

Haz cambios en el armario: El inicio del año y el fin de la Navidad son un buen momento para llevar a cabo una limpieza general. Limpia a fondo dormitorios y cocina, deshazte de las cosas que ya no necesitas para empezar el año con buen pie y organiza tus armarios. Esto te ayudará a encontrar un lugar adecuado para los regalos que hayas recibido durante las festividades.

Limpia los cristales: Los cristales suelen ser pasados por alto en la limpieza del hogar, a pesar de que la suciedad en ellos es evidente. Aprovecha la limpieza general para dedicarles un buen tiempo y asegúrate de hacerlo correctamente para no dejarlos más sucios de lo que estaban al principio. Más abajo, en este artículo te contamos trucos para hacerlo.

Organiza los juguetes: Organizar los juguetes después de la Navidad es crucial para mantener un hogar ordenado y fomentar el juego responsable. Primero, separa los juguetes nuevos de los antiguos y considera donar o regalar los que ya no se utilizan para hacer espacio para los nuevos regalos. Luego, asigna un lugar específico para cada tipo de juguete, ya sea en estantes, cajones o contenedores etiquetados, para que sea más fácil para los niños encontrar y guardar sus pertenencias. Además, involucra a los niños en el proceso de organización, fomentando la responsabilidad desde una edad temprana. Enséñales la importancia de recoger y guardar sus juguetes después de jugar, creando un hábito que les ayudará a mantener su espacio ordenado y enseñándoles sobre la importancia de cuidar sus pertenencias. Esta organización no solo mantiene el hogar limpio y ordenado, sino que también contribuye al desarrollo de habilidades de organización y responsabilidad en los niños, promoviendo un ambiente armonioso en el hogar.

Limpieza en la nevera: Las comidas festivas de Navidad a menudo llenan la nevera con sobras y táperes. Es importante hacer una limpieza de alimentos después de las festividades, incluyendo la limpieza del propio refrigerador. Puedes evitar el uso de productos químicos si optas por soluciones caseras.

Lavado de textiles: Lava todos los textiles utilizados durante las festividades, como manteles, servilletas y fundas de cojines. Asegúrate de seguir las instrucciones de cuidado adecuadas para mantener su calidad.

 

Como limpiar los cristales de tu hogar.

Limpiar los cristales de una casa es una tarea que puede mejorar la apariencia de tu hogar y permitir que entre más luz natural. Aquí tienes una guía paso a paso para hacerlo de manera efectiva:

Materiales que necesitas:

  1. Limpiacristales o una solución casera (agua tibia y unas gotas de detergente suave o vinagre blanco).
  2. Un cubo con agua tibia.
  3. Paños suaves y limpios (preferiblemente de microfibra) o papel de periódico.
  4. Un escurridor o limpiacristales.

Pasos para limpiar los cristales:

Retira el polvo y la suciedad superficial: Antes de aplicar cualquier limpiador, utiliza un cepillo de cerdas suaves o un paño seco para quitar el polvo, telarañas o partículas sueltas de suciedad de la superficie del cristal.

Prepara la solución limpiadora: En un cubo, mezcla agua tibia con unas gotas de detergente suave o vinagre blanco. El vinagre es efectivo para eliminar manchas y residuos de grasa.

Empapa un paño o esponja: Sumerge un paño suave en la solución limpiadora y escúrrelo bien para que esté húmedo pero no gotee.

Limpieza del cristal: Comienza a limpiar el cristal desde la parte superior y desciende hacia abajo para evitar que el agua sucia gotee sobre áreas previamente limpias. Usa movimientos verticales o horizontales uniformes para limpiar todo el cristal.

Secado: Inmediatamente después de limpiar cada sección del cristal, utiliza un paño limpio y seco o papel de periódico para secar y pulir la superficie. Esto evitará que queden rayas o marcas de agua.

Repetir si es necesario: Si el cristal está muy sucio o tiene manchas difíciles, puedes repetir el proceso de limpieza hasta que quede impecable.

Limpieza de las esquinas y bordes: Presta atención a las esquinas y los bordes, donde a menudo se acumula más suciedad y grasa. Utiliza un hisopo o un paño pequeño para llegar a estas áreas.

Verificación final: Después de completar la limpieza de todos los cristales, da un paso atrás y verifica si quedan manchas o huellas. Si es necesario, repite la limpieza en las áreas problemáticas.

 

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